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Entre esos pensamientos de un joven que rebasa el cuarto de siglo, se encontraba la famosísima "inmortalidad del cangrejo", el calor, unas gomitas que venía masticando y de la siempre difícil decisión de saber cual videojuego jugaría al llegar a casa (el inmortal remanente de mi niñez). Al
entrar al fraccionamiento donde he vivido los últimos 14 años,
se me acercó una vecinita -de unos 8 años- para venderme
el "Cienpiés"
Y de "sopapo" me llegaron los recuerdos de cómo empezamos
a idear, a mis 13 años, entre mis vecinos y yo, aquel pedacito
de papel llamado "Cienpiés"
de cómo mi débil mano dejo de jugar videojuegos por un
momentos, para dedicarme a escribir un cuento corto para la primera
edición de aquel pequeño periódico; de cómo,
gracias a esto, empecé a interesarme por la lectura. Recordé
el dibujo que acompañó mi cuento, éste que ahora
les obsequio. Recordé también la melancolía que sentí al dejar de ser colaborador, para convertirme en lector de la siguiente generación de pequeños grandes escritores; de cómo -de pronto- el "Cienpiés" ya se vendía en escuelas, de las sonrisas de los niños al verse publicados, del aporte cultural que está dejando en nuestra niñez ¡bueno!, hasta de una ex novia que me cortó literalmente me acordé de todo. Me sentí orgulloso, hinchado de alegría. Así
fue que sin pensarlo, saqué el dinero para apoyar la venta de
mi vecinita, a sabiendas de que esta compra, también representaba
el apoyo a mis recuerdos, a la voz de los futuros columnistas, a la
batuta de Ana Cecilia, al aporte cultural de nuestra niñez, a
un algo que para mi representa un todo
porque la niñez
lo es todo.
Entré a los 12 años y tuve que dejar de colaborar cuando cumplí 15, ahora tengo 22. Mi experiencia en el Cienpiés ha sido una de las mejores de mi vida, en serio! Si este periódico dejara de publicarse, creo que se apagaría una de las mejores etapas de mi infancia. En él aprendí a expresarme con propiedad, a redactar correctamente, a perder el miedo al público, a tener más confianza en mí misma y a obtener lo que quiero en una entrevista. Gracias al "Cienpiés" descubrí el gusto y el talento de escribir, tanto así, que ahora estoy estudiando Comunicación, voy en el penúltimo año, y quiero dedicarme a hacer guiones. En mi primer artículo, hablé de la "Esperanza", escribí que "cuando existe, todo puede pasar y el mundo de la persona es de colores y casi siempre -esa persona- encuentra la solución a sus problemas " Todavía recuerdo estas frases y constantemente las aplico a mi vida actual. También recuerdo a mis compañeros escritores y dibujantes ¿qué será de ellos? de Beto Chávez, de Sandra Jiménez, de Johana Jacob Ojala leyeran este periódico y se comunicaran!
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