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Ilustrado por Gabino López Jiménez, 6º A |
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Había una pareja que fue a una fiesta a Cuernavaca, y cuando terminó, ellos se quedaron a recoger. Al dar las 12 de la noche, terminaron, se fueron en su automóvil y a medio camino se les terminó la gasolina, entonces el chavo fue por gasolina y le dijo a su novia que no le abriera a nadie más que a él. Pasó un rato y unos monjes se acercaron y le tocaron a la ventana del automóvil. Ella, recordando lo que su novio le dijo, no abrió la puerta. Los
monjes le enseñaron la cabeza de su novio y rompieron la ventana
y también le cortaron la cabeza a ella. Desde entonces se sabe,
que en estas fechas, por carretera vieja a Cuernavaca, vagan unos monjes
asesinos.
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